Siempre ha existido el debate de
quien fue el primero si Boadas o Chicote. A través de diferentes entrevistas,
parece ser que la mayoría apuesta por que le primer local abierto fue el de
Chicote, pero la primera coctelería fue la de Boadas, puesto que la primera se
originó como bar.
Así pues, aclarada la controversia
intentaremos explicar un poco la historia del coctel en Barcelona. Nuestra
redacción se basa en entrevistas a los diferentes locales, puesto que no existe
una bibliografía a la que poder consultar; el único texto que hemos encontrado
más extenso ha sido un artículo de Alberto Gómez Font titulado “De Chicote al
Calimocho, un siglo de coctelería en España”. Se nos ha comentado que en breve
aparecerá un libro que relate con más profundidad este tema. Así pues,
continuamos.
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Fuente: Barcelona Desapareguda |
Miguel Boadas nació en 1895 en La
Habana, Cuba, hijo de emigrantes catalanes de Lloret de Mar, y dió sus primeros
pasos en la taberna que regentaban sus padres en la calle del Empedrado en el
casco antiguo de La Habana. Con 15 años, Miguel ya estaba trabajando en un bar
de La Habana propiedad de su primo Narcís Sara Parera, directivo del Centre
Català de La Habana. Ese bar comenzó llamándose La Piña de Plata y luego lo
bautizaron como La Floridita. Allí aprendió la coctelería centroamericana, más
fresca con toda la influencia de los Estados Unidos.
En 1925, decidió venir a España a
visitar a su familia, pero se enamoró de una chica llamada María, que sería su
esposa y madre de sus hijos.
En Barcelona, Boadas empezó a
trabajar en diferentes locales como el Bosque Palermo, Bar Moka, el Núria, la
Maison Dorée y el Canaletas. Este último le diseñaron y construyeron una barra
especial para él y sus ayudantes, una especia de quiosco en La Rambla. Debido
al éxito, con el apoyo de sus clientes y a que no había ningún local que se
hicieran cócteles, en 1933 alquiló el local donde se encuentra ahora el Boadas
Cocktail Bar, intentando crear un concepto speakeasy
– lugares clandestinos para beber alcohol- de la ley seca y locales clandestinos.
Nos encontramos en una época donde se pasa de la barretxa a este tipo de bar, el cliente es otro, hay un salto
cualitativo de lo que se encontraba por las calles de La Rambla. Esta
coctelería ha sido la escuela de muchos barmans que luego han ido abandonando
el nido para abrir sus propia coctelerías o ser parte de otras.
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Fuente: Boadas Cocktails |
En esa época, sí encontramos
coctelerías, pero en los hoteles como en el Hotel Diplomátic, el Hotel Derby,
el Hotel Ritz o el Hotel Manila. Durante el Franquismo hay pocas fechas y
nombres en cuanto a coctelerías que fueron grandes y donde los barmans actuales
aprendieron el oficio. Las únicas claras son el Sándor desde los años 40–
recientemente cerrado-, y el Ideal, nacida como bar en 1931 y convertida a
coctelería por el padre del actual propietario José María Gotarda (padre) a
finales de los años 50.